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domingo, 27 de mayo de 2012

Paranoia

Ha amanecido un día estupendo pero para mí tan solo es otro día más sin poder dormir. Ella no me deja. Maldita la hora en la que traje a esta terrible muñeca a mi casa. Fue un error el traerla, pero era preciosa y deseaba tenerla. Ahora me doi cuenta que jamás podré cerrar los ojos sin que ella intente hacerme daño. Me observa, me vigila, paciente, esperando a que me ganen mis ganas de dormir. Intenté tirarla pero volvió. Es sigilosa al acercarse, sin dejar de mirarme. Recuerdo la última noche que intenté dormir con ella a mi lado. Todo estaba tranquilo como cualquier noche hasta que a medianoche me desperté sobresaltada y ella no estaba en mi habitación. como debería. Me asomé al pasillo y al final de él vi algo que brillaba, eran sus ojos. En sus manos traía un cuchillo. Pensando que era una pesadilla cerré los ojos con fuerza pero ella seguía avanzando y cerré la puerta de mi habitación. Escuchaba sus pasos fuera, y dentro, yo aterrada. Sentí golpes en la puerta y cuando me preparé para abrirla, ella ya no estaba. Al girarme vi que estaba dentro de mi habitación donde debió estar desde el principio. Estaba observándome, pero no se movía. Por primera vez en esa noche, parecía que realmente era lo que parecía, una simple muñeca, pero a mí no me engaña. La veo sonreír, se está riendo de mí. Tengo miedo y ella lo sabe.
Hay muchas noches, y solo una vida.

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