Una noche como otra cualquiera, me desperté a medianoche para ir al baño. Medio dormida miré hacia el espejo y ví en el centro de él una mancha roja. Me acerqué para comprobar qué era, pero no podía tocarla. La mancha estaba en el otro lado del espejo.
Algo.
Una mañana, todavía oscura, volvía de una fiesta, y para llegar a mi cada pasaba a través del parque, como siempre. A esas horas era normal que no hubiese mucha gente en él, pero era extraño que no hubiese nadie. De pronto, una farola se apagó y una corriente de aire frío me recorrió. Sin esperármelo dejé de poder respirar, algo me estaba intentando ahogar. Lo siguiente que recuerdo fue sentir un corte, y volver a despertar en un hospital. Decían que había intentado suicidarme.
¿Quién?
En un campamento con mi clase, estaba durmiendo con una amiga en mi cabaña. De madrugada me incorporé para dejar pasar a mi amiga que decía que necesitaba ir al baño. Al rato ella volvió y se acostó de nuevo conmigo. Unos segundos despues me di cuenta que seguramente se habría dejado en el baño el grifo abiero, porque lo escuchaba gotear. Me levanté para cerrarlo, y al llegar al baño vi a mi amiga ahorcada y goteando sangre. En estado de shoc, no pude gritar siquiera, solo me hacía una pregunta: ¿Quién se había acostado de nuevo en la cama?
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