Y me lancé, y no miré atras, no lloré ni sentí miedo, no grité ni me arrepentí. Solo respiré hondo y con un paso hacia adelante, aquí terminé. No tuve que pensar en mucho, solo en mí, por primera vez pensé solo en mí. No me preocupé de lo que sentirían los demás, solo quería ser libre, feliz, estar tranquila por fín. De nada serviría lamentarse, fue elección mía. Pero a veces me gustaría volver a oler el campo, a sentir el frío, tocar el mar... Perdí mucho, pero gané lo único que necesitaba, paz. Ese era mi momento y lo aproveché. Una buena táctica, pensada con tiempo. Una buena noche elegida para ser libre. Mis padres como siempre discutiendo, yo como de costumbre encerrada en mi habitación con miedo de ser agredida como cada noche, por aquellas dos bestias, llamadas padres. Pero esa noche ya no podrían hacerme daño, ya estaba todo planeado, y nada me iba a salir mal. Aquella madrugada bajé a la cocina y saqué del cajón un cuchillo, precioso, brillantes. Se apoderaba de mí. Ví mi sonrisa reflejada en aquella arma tan bella. Subí los escalones y entre en el cuarto de mis padres pero al verlos, recordé aquellos momentos de mi infancia cuando sí eran buenos padres, aquellos días en el parque, en la playa.. Me negué a ser tan miserable como ellos, me negué a convertirme en un mounstruo, y de ello no me arrepiento tampoco. Tan solo bajé de nuevo las escaleras y me encaminé al pozo del jardín. Me subí a su borde, miré hacia mi casa y vi como mis padres se habían despertado y estaban mirando por la ventana, no bajaban a por mí, no gritaban, solo me miraban serios, tranquilos, expectantes. Les sonreí, levanté la mano para despedirme y me lancé a mi nueva vida, sola y tranquila. De vez en cuando los escucho que se acercan al pozo y se ríen, pero tengo por seguro que no les quedará mucho para unirse amí. Esta noche hace 10 años de mi muerte pero comenzarán sus cuentas atrás. Cuando bajen a reirse como todos los días, un pequeño resbalón y los tendré conmigo para siempre. Feliz día de vuestro final, papis.
hija que bien escribes, y que miedoooooooo jajajaja
ResponderEliminarmuy bien escrito, he sentido miedo y vaya padres tan comprensivos
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